Las organizaciones públicas y privadas que generan ingresos sin destruir son fundamentales para la preservación de las selvas tropicales del planeta.
Cuando pensamos en la selva, nos vienen a la mente dos imágenes: una naturaleza intacta, sin presencia humana, o un escenario de destrucción, con incendios y deforestación. La primera parece económicamente inviable y la segunda ya ha demostrado ser inviable para el planeta, puesto que agrava los efectos del cambio climático y amenaza nuestra biodiversidad. La buena noticia es que existe un camino intermedio: en las selvas tropicales de todo el mundo hay buenos ejemplos de soluciones que preservan y generan ingresos al mismo tiempo, y es en ellos que nos debemos fijar.
El mundo entero está observando la Amazonía, porque se ha dado cuenta de que preservarla es literalmente una cuestión de vida o muerte para la humanidad en la Tierra. Sin embargo, este tipo de bioma no es exclusivo de América del Sur e intercambiar experiencias con aquellos que viven en otras selvas de África y Asia puede ayudarnos a encontrar formas de resolver la situación por aquí. El documental “Forest Partners”, en traducción libre al español «Socios de la Selva», recorre los tres continentes mostrando el potencial económico de los bosques, basado en sistemas de producción sostenibles e inclusivos.
La película tuvo su preestreno en Brasil durante ClimaX SP, un evento paralelo de la COP 26, realizado por el instituto O Mundo Que Queremos, y también en el propio evento en Glasgow. Todos deberíamos mirarla para reemplazar en la cabeza las dos imágenes del comienzo de este texto por otras más sostenibles e interesantes para todos.
Dirigida por el cineasta Fred Rahal Mauro y escrita por Juliana Tinoco, la obra es una producción de Partnerships for Forests (P4F), el programa global del gobierno británico para acelerar los negocios y promover iniciativas que tienen el potencial de proteger o restaurar los bosques.
Es posible conservar y ganar dinero al mismo tiempo y eso es lo que muestra nuestra película ‘Forest Partners’.
La obra de P4F muestra varios ejemplos de ecosistemas económicamente viables y ambientalmente sostenibles que están prosperando en medio de las selvas tropicales del planeta y deberían servir como ejemplo para todos, especialmente en un momento en que hablamos de la economía verde.
Se trata de innovaciones exitosas que demuestran que la combinación de tecnología y conocimiento tradicional funciona muy bien, incluso para restaurar paisajes ya bastante degradados, como es el caso de gran parte de la Amazonía.
Según Marcio Sztutman, quien es director del programa de América Latina de P4F, producciones como esta sirven para mostrar a los inversionistas que no es tan riesgoso invertir en negocios verdes; todo lo contrario, es mucho más sostenible, incluso económicamente y a largo plazo. Y tiene razón.
Nadie más debería invertir en negocios que fomenten la destrucción y los que aún se están beneficiando de ella tienen mucho que perder en un futuro próximo — además, socavan todos los esfuerzos para contener el avance del cambio climático, cuyos efectos siguen apareciendo para recordarnos que no podemos continuar con el mismo modelo de desarrollo de siempre. “Es posible conservar y ganar dinero al mismo tiempo y eso es lo que muestra nuestra película“, subraya Sztutman.
Los proyectos presentados en la película son especiales no solo porque funcionan, sino porque se pueden replicar, respetando las especificidades y necesidades de cada región. Uno de ellos es el trabajo de la Cooperativa de Agricultores do Vale do Amanhecer (COOPAVAM), que compra nueces amazónicas directamente a los pueblos indígenas que viven en reservas en el noroeste de Mato Grosso y partes de Rondonia. Una acción que genera ingresos para estos pueblos que ayudan a preservar más de 1 millón de hectáreas de bosque.
La castaña se procesa y se vende para su uso en alimentos, productos saludables y cosméticos en los mercados locales y regionales. La iniciativa ha funcionado muy bien y, con el apoyo de P4F, ha conquistado nuevos mercados.
Para el cineasta que dirigió la obra, Fred Rahal Mauro, este es el momento de mostrar que si existe un camino del medio, que si funciona y es la salida para todos, tanto para las comunidades indígenas tradicionales como para los ganaderos, empresarios e inversionistas. «No es uno contra el otro. El objetivo es común».
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